Las consecuencias de la pérdida de la audición son tanto físicas como psicosociales. Una persona con pérdida de audición y, por consecuencia, pérdida de entendimiento, ve como su vida va encontrando barreras y limitaciones en su día a día, afectando a sus relaciones sociales y estado anímico. Estas consecuencias se van agravando con el paso del tiempo dado que el deterioro auditivo es progresivo. Si no se previene y no se frena, la pérdida irá aumentando.

Las principales y más preocupantes consecuencias son:

• Aislamiento Social: Las personas con pérdida de audición y entendimiento deben realizar un esfuerzo extra para poder comunicarse y mantener sus relaciones sociales, ya sea con la familia o amigos. Les cuesta seguir conversaciones, piden que repitan las cosas y no se sienten cómodos en estas situaciones, por eso, de forma inconsciente, empiezan a evitarlas. “Prefieren” quedarse en casa, “Prefieren” menos reuniones con amigos… Poco a poco, las personas que sufren pérdida de audición, terminan aislándose y minimizando sus relaciones sociales.
• Confianza y Autoestima: Al tener limitaciones auditivas, existen infinidad de sonidos y situaciones que provocan inseguridad: No escuchar un coche que se acerca por la calle, no oír a tus nietos, alarmas o timbres… Por otro lado, las reacciones emocionales cuando te protestan por el volumen de la televisión, las bromas sobre la “sordera” y la misma falta de seguridad al ir por la calle, afectan de forma clara en la autoestima.
• Deterioro Cognitivo: Al reducirse los estímulos que recibe el cerebro a través del oído, el cerebro se “ejercita” menos. El canal auditivo es uno de los 2 canales más importante de recepción de estímulos, esa disminución debida a la pérdida de audición debilita al cerebro y queda más expuesto a enfermedades mentales propias de la edad, como la demencia o el Alzheimer.

Por último, es importante reseñar que los niños que padecen una pérdida auditiva no tratada pueden tener dificultades para desarrollar el lenguaje, las habilidades sociales y el aprendizaje.

La pérdida de audición, llamada Hipoacusia en términos profesionales, puede afectar a personas de todas las edades. Según los últimos estudios de la OMS, cerca de un 12% de la población mundial sufren pérdida auditiva; siendo este porcentaje de un 50% en personas mayores de 60 años.

Los motivos de pérdida de audición más frecuentes son:

• Envejecimiento, llamada presbiacusia: es el deterioro auditivo y de entendimiento debido a la edad. Al igual que ocurre con la vista, con la edad, las células sensoriales del oído comienzan a deteriorarse y pierden su función de forma progresiva. Este deterioro empieza a manifestarse a partir de los 40-45 años.
• Trauma Acústico: Existen dos principales motivos de pérdida de audición debido a un trauma acústico: En muchos casos se debe a la exposición del oído a un sonido muy fuerte y repentino (como una explosión), pero el mayor porcentaje de afectados por Traumas Acústicos los encontramos en personas con una exposición prolongada a un ruido intenso. Hablamos, por ejemplo, de trabajadores de industria pesada o de aeropuertos, trabajadores de discotecas o conciertos, etc.
• Congénita: Cuando la pérdida está ligada al nacimiento, ya sea por causas genéticas o por enfermedades durante el parto.

La pérdida auditiva puede darse en un oído o en ambos, pero las personas tenemos una escucha binaural, es decir, necesitamos ambos oídos para una buena audición, la pérdida de audición en un oído, afecta a la audición espacial y general.

La pérdida auditiva puede clasificarse en:

• Pérdida Auditiva Conductiva: se produce cuando el sonido no puede llegar al oído interno de forma adecuada por un problema en el oído medio o externo, y puede ser tratada con el uso de audífonos.
• Pérdida Auditiva neurosensorial: es el tipo de sordera permanente más común, causada por problemas en el oído interno o en las vías que van de esta al cerebro. Su tratamiento puede ser con cirugía o a través del uso de audífonos.
• Pérdida auditiva mixta: se produce cuando hay una combinación de pérdida auditiva conductiva y neurosensorial.

También encontramos algunas dolencias que pueden derivar en pérdida auditiva, hablamos de infecciones o procesos inflamatorios, rotura de tímpano o la otitis, una infección del oído que puede llegar a causar pérdida.

En los últimos años, el sector de la audiología ha visto un crecimiento preocupante de una afección conocida como Acúfenos o Tinitus. Consiste en “oír” zumbidos, pitidos o un ruido blanco de forma constante. Esta afección afecta al ánimo y descanso de las personas que la sufren y también pueden ser tratadas, en muchos casos, con el uso de audífonos adecuados.

La detección temprana de los problemas auditivos es fundamental para su tratamiento y prevención. La prueba más común para revisar la capacidad auditiva es la audiometría, un examen que determina el nivel de audición de las personas, que mide la intensidad a partir de la cual el paciente comienza a escuchar los distritos tipos (frecuencias) de sonido.

Existen una serie de medidas que se pueden tomar para mantener una buena salud auditiva diaria:

• Evitar la exposición a ruidos fuertes. Los sonidos superiores a 85 dB pueden dañar el oído.
• Usar tapones para los oídos en entornos ruidosos, como conciertos, discotecas o trabajos con maquinaria.
• No usar auriculares a un volumen alto durante períodos prolongados de tiempo.
• Limpiar adecuadamente el conducto auditivo, nunca con bastoncillos.
• Realizar revisiones auditivas periódicas, especialmente a partir de los 50 años.

Los audífonos son la mejor y más habitual manera de tratar los casos de pérdida de audición o hipoacusia. Son dispositivos que ayudan a las personas con pérdida auditiva a escuchar y entender mejor, reduciendo los problemas de comunicación asociados a esta condición. Aunque existe mucho tabú y prejuicios a la hora de llevar un audífono, los más modernos son muy cómodos, más pequeños y potentes que los audífonos tradicionales. Los avances de la tecnología ofrecen cada vez más opciones y funcionalidades a las personas que los necesitan e incorporan una serie de funciones avanzadas, como la reducción de ruido, recibir teleasistencia o incluso la posibilidad de conectar los audífonos al smartphone y ajustar tus preferencias mediante una app.