logo
Inicio > Noticias > vida saludable > > Si mi enfermedad es crónica, ¿en qué me puede ayudar un psicólogo/a?

Si mi enfermedad es crónica, ¿en qué me puede ayudar un psicólogo/a?

VIDA SALUDABLE - 26 de abril de 2024

En los últimos años, la terapia psicológica ha conseguido dejar atrás parte de su mala fama. Muy relacionada con la enfermedad mental grave y cargada de estigma, acudir al psicólogo se ha asociado a personas con severas dificultades para hacer frente a un día a día. Por fortuna, esta imagen de la psicología más clínica se desvanece con los años y cada vez es más frecuente escuchar a personas cercanas que se apoyan en la ayuda profesional para poder comprender aspectos de su historia de vida sin que necesariamente tengan un diagnóstico clínico.

Hemos conseguido que cada vez sea más normal acudir a terapia. Un espacio en el que poder mirarnos, identificar nuestras necesidades y tener un profesional que nos ayude a entender por qué nos comportamos como nos comportamos.

A pesar de la evidente expansión de la terapia psicológica en la población no clínica, aun se encuentran ciertas barreras en aquellas personas que consideran que “no pueden ser ayudadas”. Cuando hacemos frente a una dificultad que objetivamente no puede ser resuelta como, por ejemplo, el fallecimiento de un ser querido o el duelo ante una enfermedad crónica sucede un fenómeno en el que la persona no termina de ver el sentido a buscar una ayuda profesional. Algo así como “para qué, si no puedo hacer nada”. Esta indefensión, hace que se resigne a convivir con las circunstancias que tiene sin buscar más alternativas.

En este artículo, nos gustaría dar algo de luz al respecto y ofrecer una mirada de la terapia no como “solucionadora de problemas”, sino como un espacio en el que poder dedicarnos tiempo a encontrar la manera de resolver nuestros conflictos y si no fuese posible, aprender a adaptarnos y ajustarnos mejor a los mismos.

A continuación, contamos algunas de las maneras en las que la terapia psicológica encuentra su espacio en enfermedad crónica:

  1. Un espacio en el que poder comprender la enfermedad al detalle.
    En la consulta médica no siempre se cuenta con el tiempo necesario para resolver todas las dudas que van surgiendo en la convivencia del día a día con la enfermedad. Sobretodo si éstas se refieren a los conflictos que surgen de forma posterior en la dinámica familiar. Un psicólogo especializado podrá dedicar el tiempo no sólo a conocer la parte más teórica acerca de los síntomas sino también a cómo todo el sistema familiar puede colaborar y adaptarse.

  2. Un espacio en el que dedicarlo a ver qué mecanismos protegen o empeoran la enfermedad
    En lo que se refiere a enfermedades de naturaleza crónica, un gran número de éstas guardan una estrecha interrelación con nuestros estados emocionales. De manera que tan importante es la enfermedad como la manera a la que nos ajustamos a la misma. Y ahí la terapia, tiene mucho que decir.

  3. Un espacio en el que poder desahogar
    En tercer lugar, que no menos importante, un espacio seguro de desahogo. No todos contamos con una red de apoyo potente que sepa entender nuestras vivencias. De forma añadida, a veces por no sobrecargar a nuestros familiares más cercanos tendemos a callarnos nuestras propias emociones, dificultando el proceso de duelo y un manejo emocional sano.

  4. Como terapia de apoyo en grupos de pacientes
    Compartir con personas que sufren a diario las mismas circunstancias es tremendamente útil para la elaboración del proceso de duelo, tanto en familiares como en pacientes.

Estas son sólo algunas de las formas en las que la terapia puede resultar útil en lo que respecta a la enfermedad crónica pero no las únicas. Lo importante es romper con el estigma y hacer del espacio un recurso que se ajuste a lo que tú y tu entorno esté necesitando, siempre buscando con profesionales que estén formados y especializados en tu patología.

Redactado por:

Ana Gutiérrez Frutos

N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria

¿Te ha gustado esta noticia? Comparte: