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Consejos y hábitos para prevenir las crisis de migraña

MIGRAÑA - 12 de junio de 2025

La migraña es mucho más que un simple dolor de cabeza, se trata de un trastorno crónico discapacitante que puede afectar a la calidad de vida de las personas que la padecen. Provoca síntomas como un dolor intenso de cabeza, náuseas y sensibilidad a la luz y al ruido. Muchas personas cuando padecen un ataque de migraña tienen que interrumpir lo que estén haciendo, incapacitándolos para cualquier actividad mientas dure la jaqueca.

La migraña no tiene cura actualmente, y el tratamiento existente va encaminado a prevenir los síntomas o simplemente mejorar el estado del paciente. Algunas recomendaciones y hábitos saludables que pueden ayudar a prevenir su aparición o, al menos, reducir su frecuencia e intensidad son:

  • Identificar los desencadenantes. Es el primer paso para prevenir la migraña. El principal consejo de los especialistas siempre es aprender a reconocer qué factores pueden hacer que se inicie una crisis, para así poder evitarlos. Cada persona es diferente, pero algunos de los desencadenantes más habituales de estos dolores de cabeza son determinados alimentos (el chocolate, el queso curado o el vino tinto), la exposición a luces intensas, ruidos y olores fuertes, el estrés, alteraciones del sueño o no comer en largos periodos de tiempo.

  • Mantener unos hábitos de vida saludables. Llevar una vida sana es fundamental para prevenir la migraña. Estabilizar nuestros ritmos biológicos manteniendo unos horarios regulares, durmiendo bien y evitando las siestas largas nos ayuda a reducir el riesgo de sufrir crisis. Normalmente se recomienda dormir entre siete y ocho horas, y que el descanso sea reparador y de calidad.

  • Gestionar el estrés con ejercicio y técnicas de relajación. El estrés y la ansiedad son unos de los principales desencadenantes de la migraña. Aunque no siempre es posible eliminar las situaciones que nos estresan en nuestro día a día, sí podemos establecer determinadas estrategias para gestionarlas mejor. Hacer ejercicio regularmente, practicar técnicas de relajación como el yoga, la meditación o el mindfulness, y dedicar tiempo a actividades de ocio pueden ayudarnos a reducir es estrés y la ansiedad, y prevenir así la aparición de migrañas.

  • Tener un ambiente adecuado y controlar los estímulos durante las crisis. Cuando se siente que está a punto de aparecer un ataque de migraña, lo mejor es buscar un sitio con un ambiente tranquilo y oscuro, ya que esto puede ser la diferencia para que sea más sobrellevable. Se recomienda tumbarse en una habitación silenciosa, con poca luz y ruido, para reducir la intensidad del dolor y recuperarnos más fácilmente. Además, para aliviar el malestar debemos intentar controlar la respiración con ejercicios lentos y profundos.

  • Utilizar la medicación de forma responsable. Los medicamentos para la migraña siempre deben utilizarse bajo prescripción médica, siguiendo las indicaciones de nuestro médico. No debemos abusar de los fármacos contra la migraña, ya que puede provocar cefaleas más frecuentes y difíciles de tratar.

  • Llevar un control médico. Si la frecuencia o la intensidad de las migrañas aumenta, o si los síntomas son diferentes a los que estamos acostumbrados, es importante acudir al médico para ajustar el tratamiento y descartar otras causas que puedan estar provocando los dolores de cabeza.

Pare esto, nos puede ser de gran ayuda empezar a escribir un diario de. En él anotaremos la fecha, los síntomas, la intensidad del dolor, que alimentos hemos tomado antes de que apareciera la crisis y las circunstancias previas a la aparición del dolor. Esto nos va a permitir detectar patrones y, con el tiempo, saber que alimentos o circunstancias evitar. Esta información también puede ser muy útil para que nuestro médico nos pueda ajustar y personalizar el tratamiento farmacológico.

La alimentación también es clave en la prevención de las migrañas. Además de evitar los alimentos que cada uno detecte como desencadenantes, es importante seguir una dieta equilibrada. No comer durante muchas horas o saltarse las comidas puede ser un factor de riesgo para muchas personas, por lo que se recomienda hacer todas las comidas diarias, así como mantenernos bien hidratados.

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