Ahora que empieza el buen tiempo y que vamos a estar más expuestos a la radiación solar, quería compartir con vosotros un problema que por suerte ya tengo más o menos controlado. Es mucho mejor intentar prevenir ahora, que todavía no hemos estado casi expuestos al sol, a hacerlo después del verano, cuando ya el problema sea inevitable.
Desde hace unos años, no sabía muy bien por qué, empecé a notar una ligera mancha oscura encima del labio. Al parecer, la causa son las hormonas y su aparición es repentina. El caso es que esta mancha me hacía sentir muy incómoda. Había pasado de disfrutar de mi bronceado facial, a huir del sol por miedo a que volvieran estas manchas. El primer año no era consciente de que tenía este problema, seguía usando mi protección normal y a mitad del verano más o menos, apareció. Parecía que tenía bigote y tuve que volver a recurrir al maquillaje cuando el objetivo de coger colorcito en la cara es precisamente lo contrario, olvidarme del maquillaje por unos meses.
Tras consultar al especialista me dio una serie de pautas que comparto con vosotros por si alguien sufre este problema y no encuentra solución. Sé por experiencia que puede llegar a ser muy agobiante.
Una vez que las manchas han aparecido es casi imposible eliminarlas, pero lo que podemos hacer es ser precavidos para que no aparezcan en todo el verano. Lo que llevo haciendo varios años y me funciona es lo siguiente:
- La higiene facial es muy importante. Debemos preparar la piel para exponerla al sol y para eso debemos asegurarnos de eliminar las células muertas con una exfoliación acorde a nuestro tipo de piel, limpiarla a diario con leche facial y tónico, y sobre todo hidratarla, tanto de día como de noche.
- Protector solar para zonas pequeñas y delicadas. Existen muchos productos en el mercado especialmente diseñados para las que tenemos este problema. Además de mi protector facial de factor 50, llevo siempre conmigo un protector en barra para el labio superior. Como digo, siempre lo llevo en el bolso ya que, una vez que hemos detectado este problema, lo conveniente es usar una crema hidratante de día con factor solar y aplicar la barra específica en la zona que se oscurece.
Cuando voy a la playa o a la piscina, aplico el protector solar en barra cada 15 minutos. Nunca dejo que pase demasiado tiempo y siempre tengo esta zona hidratada y protegida.
- Betacaroteno. Sin duda el betacaroteno es mi mejor aliado. Podemos encontrar este principio en multitud de frutas y verduras. (Zanahoria, pimiento, calabaza, espinacas, brócoli, melón, plátano, tomate, piña, mandarina, ciruela, entre otras muchas) Lo conveniente es tomar estas todo el año, de forma habitual para proteger nuestra piel de agentes externos.
- Para los que no lo conozcan, el betacaroteno es un potente antioxidante natural, por tanto es un gran aliado para luchar contra el envejecimiento de la piel. Además, es muy bueno para la vista, por eso siempre se ha dicho, comúnmente, que las zanahorias mejoran nuestra visión. El betacaroteno activa la melanina de nuestra piel protegiéndola de las quemaduras solares. Ayuda al sistema inmunológico, previene la diabetes, mejora el asma y ayuda a nuestra salud ósea.
Cómo veis, tiene múltiples beneficios y en mi caso fue el dermatólogo el que me recomendó tomarlo de forma habitual y en los meses de más exposición solar, tomar también comprimidos de venta en farmacias. Son cápsulas que preparan nuestra piel para evitar quemaduras, alergias y otras patologías relacionadas con el sol.
No debemos olvidar que la exposición al sol no es mala, todo lo contrario. El sol es una fuente de vitamina D natural y aporta muchísimos beneficios a nuestro organismo, por eso debemos aprender a mantener una buena relación con el sol, conociendo nuestro cuerpo, cuidándolo, escuchándolo y recurriendo a protectores solares cuando sea necesario.