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Productos de supermercado: cómo leer la sal y aditivos ocultos si tienes hipertensión

HIPERTENSIÓN - 18 de julio de 2025

Cuando padecemos hipertensión, lo primero que nos suele recomendar el médico es reducir la sal, por lo que probablemente lo que hagas es no llevar el salero a la mesa o no usar la sal en la cocina. Pero lo que en numerosas ocasiones se desconoce es que la sal también está escondida en muchos productos y alimentos que la contienen en su forma natural en alta cantidad o que la industria los añade en su procesamiento.

Efectivamente, en primer lugar, haces bien en evitar utilizar la sal de mesa. Mejor optar por especias para dar sabor a los platos, orégano, tomillo, romero, pimienta, nuez moscada, perejil, ajo, comino, pimentón dulce… Y ojo, si compramos botes de especias en mezcla que su primer ingrediente no sea la sal o que, idealmente esta no aparezca. En segundo lugar, localizar esos alimentos altos en sal (o sodio) tanto de forma natural como añadida en su proceso con fines de conservación o de sabor, entre otros.

Entre ellos encontramos:

  • Fiambres, embutidos o charcutería.

  • Alimentos en salmuera o ahumados como el salmón.

  • Caldos y sopas concentradas. Cubitos de caldo.

  • Todos los quesos, en especial, los grasos.

  • Snacks: patatas fritas, frutos secos fritos, galletitas saladas…

  • Alimentos congelados, por su alto contenido en conservantes a base de sodio.

  • Enlatados por su alto contenido en conservantes. Lavar bien al sacar su contenido.

  • Edulcorantes artificiales a base de sodio como el ciclamato de sodio.

  • Agua embotellada debido a que está mineralizada. Escoger aquellas bajas en sodio y ricas en magnesio.

Es importante no esperar que la sal se encuentre únicamente en productos salados ya que como podemos observar en este listado también está en dulces o edulcorantes por lo que leer las etiquetas es fundamental.

Cuando vamos a hacer la compra, es necesario leer las etiquetas, aunque al inicio nos lleve algo de tiempo. La parte delantera suele confundir lejos de ayudar en muchas ocasiones, pero si leemos esa parte delantera, algunos de los enunciados que vamos a encontrarnos son los siguientes:

  • “CONTENIDO REDUCIDO DE SAL” → Reducción del 25% en el sodio o la sal.

  • BAJO CONTENIDO EN SAL” → Si contiene menos de 0,3 gr/100 gr o 100 ml.

  • MUY BAJO CONTENIDO EN SAL” → Si aporta menos de 0,01 gr/100 gr o 100 ml.

  • SIN SODIO” → Si aporta menos de 0,0125 gr/100 gr.

  • “SIN SAL AÑADIDA” → Si no lleva sal, sodio u otros ingredientes que la contengan (deberán tener menos de 0,3 gr/100 gr o 100 ml.

No obstante, recomendamos leer la parte trasera donde sale la lista de ingredientes y que la sal aparezca la última ya que estos están ordenados de mayor a menor cantidad. Además, podemos mirar la tabla de valor nutricional y buscar que lleve menos de 1-1,2g/sal por cada 100g de producto. La American Heart Association recomienda ingerir menos de 2300 miligramos (mg) al día ni superar un límite ideal de 1500 mg al día para la mayoría de los adultos, en especial para aquellos con hipertensión arterial. Incluso reducir a 1000 mg al día puede mejorar la presión arterial y la salud cardíaca. Esto equivaldría a esa pauta comentada previamente por producto.

A partir de aquí, ¡manos a la obra! Gafas y lupa para mirar bien los productos que tienes en casa y estás introduciendo en tu dieta. Y, recuerda, cuánto más alimento natural, menos sal escondida y más nutriente beneficioso para tu hipertensión.



Mireia Elías Fernández, Dietista-Nutricionista y fundadora de Alimentación 3S.

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