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Caminar 30 minutos diarios: ¿Puede cambiar tu colesterol?

COLESTEROL - 4 de julio de 2025

A veces creemos que para mejorar nuestra salud necesitamos grandes cambios, soluciones complejas y/o medicinas que condicionan nuestra vida. Pero, ¿y si el primer paso que tenemos que dar no va más allá de cambiar pequeños actos en nuestro día a día?

Un acto tan simple como ponerse unas zapatillas, vestir ropa cómoda y salir a movernos puede ser una herramienta poderosa a la hora de mejorar nuestra salud cardiovascular.

¿Qué es el colesterol y por qué debemos regularlo?

El colesterol es una sustancia similar a la grasa que forma parte de nuestro organismo y debemos tener regulada. Existen dos tipos:

  • Colesterol LDL, también conocido como colesterol “malo”. Un nivel elevado de LDL en sangre es una mala señal, ya que puede acumularse en las paredes de las arterias aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

  • Colesterol HDL o colesterol bueno. Ayuda a eliminar el exceso de LDL en el torrente sanguíneo. Los niveles altos de HDL se asocian con menor riesgo cardiovascular.

¿Qué influencia tiene la actividad física y el ejercicio sobre su regulación y la salud cardiovascular?

Con los años, numerosos estudios han demostrado que si nos alejamos de una vida sedentaria podemos ayudar a mantener regulados los niveles de colesterol, reduciendo el riesgo de padecer enfermedades y evitar sumar medicamentos que nos acompañen de por vida.

Caminar de forma regular tiene un efecto protector sobre nuestro sistema cardiovascular. Entre sus efectos encontramos:

  • Mejora de la motilidad arterial. Cuando caminamos estimulamos la producción de unas moléculas que actúan como vasodilatadores, relajando los vasos sanguíneos y mejorando el flujo del mismo.

  • Disminuye la presión arterial y reduce los niveles de estrés. Si caminamos con intención y un mínimo de 15-20 minutos diarios podremos fortalecer nuestro corazón, permitiendo bombear más sangre con menos esfuerzo y reduciendo la tensión arterial. Además, es una actividad que libera endorfinas, actuando como analgésico natural, mejorando el estado de ánimo y reduciendo los niveles de cortisol en nuestro organismo. Todo ello está relacionado de forma directa con nuestra salud cardiovascular.

  • Mejora la sensibilidad a la insulina, regulando los niveles de azúcar en sangre. Además, la contracción muscular que ocurre como respuesta en una actividad física o ejercicio físico estimula la captación de glucosa de forma independiente a la insulina.

  • Favorece la pérdida de grasa visceral. El tejido graso acumulado en la zona abdominal está intensamente relacionado con las enfermedades cardiovasculares. A más cantidad de grasa acumulada alrededor de nuestros órganos, mayor será el riesgo de generar resistencia a la insulina, producir sustancias inflamatorias, favorecer la acumulación de placas en las arterias, … aumentando el riesgo de sufrir insuficiencias cardiacas, arritmias, infarto del miocardio o hipertensión arterial, entre otros.

No se trata solo de salir a dar un paseo, sino de caminar con intención. Si aumentamos nuestra actividad física diaria podremos cambiar nuestra vida por completo.

Podremos estar cansados de oír las mismas frases: “caminar 10.000 pasos diarios”, “realizar 30 minutos de actividad física diaria”, “evitar pasar demasiadas horas sentados”, … pero la realidad es que, como profesionales de la salud no nos cansaremos de repetirlo.

El sedentarismo se ha convertido en la enfermedad del siglo XXI y si queremos apostar por nuestro bienestar físico es hora de levantarte de la silla y empezar a sumar pasos.

 

Laura Carreño – Entrenadora Personal Colegiada 60655 en Alimentación 3S.

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