COLESTEROL - 6 de septiembre de 2025
Mejorar, reducir o modificar los niveles de colesterol sanguíneo puede llegar a resultar todo un reto. Y más aún, cuando hay historial genético de colesterol. Modificamos hábitos como adaptar una dieta mediterránea con perfil antiinflamatorio, convertimos el descanso en una prioridad o buscamos hacer ejercicio de manera rutinaria. Y, los perfiles mejoran, pero no parece ser suficiente.
En otro artículo, hablábamos del papel del omega 3 y cómo elegirlo en suplemento si queremos mejorar el perfil del colesterol. Si tus niveles de colesterol total son elevados y los del HDL o colesterol “bueno” son bajos, te recomendamos revisar la dieta y si hay suficiente ingesta de grasas saludables y empezar por este suplemento de omega 3. Se han visto efectos no sólo en la mejora del perfil lipídico sino también en los índices HOMA-IR, es decir, en la resistencia a la insulina y en la inflamación.
Si a pesar de haberlo probado durante, al menos, 3-6 meses y no ver resultados en los siguientes análisis o una mejoría, pero tener que seguir mejorando otros parámetros como el LDL o los triglicéridos, te dejamos otras recomendaciones.
Levadura de arroz rojo: una de las más famosas. Su efecto reside principalmente en reducir los niveles de colesterol LDL. Aporta monacolinas, unas sustancias con una estructura química que pertenece a la clase de las estatinas, uno de los fármacos más usados para regular el colesterol.
Berberina: también muy conocida. Actúa sobre los triglicéridos y los niveles de colesterol total.
Curcumina: principio o extracto de la cúrcuma. Tiene un papel antiinflamatorio potentísimo, lo que podría incidir de manera indirecta en los niveles de colesterol. Tiene efectos en disminuir el LDL y aumentar el HDL. Conviene tomarlo con piperina (pimienta negra) y gingerol (jengibre) ya que potencian en gran medida su absorción.
Antioxidantes como la Coenzima Q10: uno de los grandes antioxidantes, es decir, que nos protege frente al daño celular y el envejecimiento. Se ha relacionado también con el colesterol. Otros que también se utilizan son la astaxantina, la quercetina o el resveratrol. Este último es el conocido por el vino tinto, ya que está presente en las uvas moradas y se les atribuye el mérito del papel cardioprotector. Aunque el beneficio reside en la uva y no en el vino que tendría además el perjuicio del alcohol.
Extracto de té verde o matcha: podemos tomarlo en bebidas sin necesidad de suplementar porque con una al día, obtenemos la cantidad suficiente los antioxidantes que poseen. Sus efectos residen en disminuir los niveles de LDL.
Esteroles vegetales o fitoesteroles: presentes en las legumbres, las grandes olvidadas. Podemos consumirlas 3-4 veces a la semana para conseguir su aporte u obtenerlos de manera adicional a través de la suplementación.
Vitaminas: como la niacina o el folato. Pueden usarse en suplemento aportando un extra, aunque nuestra recomendación es cubrir sus requerimientos con la alimentación ya que son sencillas de obtener.
Podemos valorar probar uno a uno y observar sus efectos. O, también, existen suplementos en el mercado que aúnan varios de ellos dando una mayor fuerza a los resultados. Si tenemos hábitos tanto nutricionales como de ejercicio, estrés, descanso, etc, la suplementación tendrá mayores efectos.
Y, como anotación final, aunque igual o más importante que el resto, los suplementos, aunque no lleven receta médica y puedan comprarse con facilidad, tienen contraindicaciones. Es fundamental ajustar la dosis y elegir el más adecuado para nuestro caso personal. Consulta a tu médico, farmacéutico o nutricionista.
Mireia Elías, Dietista-Nutricionista Col.MAD00190 y fundadora de Alimentación 3S.
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Alimentación 3S