logo
Inicio > Noticias > párkinson > > Pérdida de roles en el Parkinson – El impacto en la autoestima masculina

Pérdida de roles en el Parkinson – El impacto en la autoestima masculina

PÁRKINSON - 15 de diciembre de 2025

Uno de los duelos protagonistas en la tercera edad es el relacionado con la pérdida de la autonomía. Asumir que “necesitamos” del otro para realizar las actividades que antes hacíamos con total naturalidad es un proceso duro y las reacciones de negación suelen ser muy frecuentes al inicio. Es natural que la persona rechace la idea de requerir ayuda de los demás para las tareas más básicas y cotidianas.

Cuando además existe un diagnóstico de una enfermedad neurodegenerativa, como es en el caso de la Enfermedad de Parkinson, este proceso de agudiza aún más: ya no solo hablamos de un envejecimiento en el que el cuerpo limita progresivamente, sino de una pérdida de capacidades más amplia y acelerada.

El intercambio de roles en la demencia

En cualquier tipo de demencia es común que suceda un intercambio de roles. Esto significa que el sistema familiar se reorganiza para poder atender y cuidar a la persona que sufre la enfermedad. Así, los/as hijos/as pueden llegar a convertirse en cuidadores de sus padres, las parejas en acompañantes permanentes o cuidadores principales e incluso que los niños/as más mayores asuman un papel protector con los más pequeños de la familia.

¿Cómo afecta este intercambio de roles en la autoestima masculina?

Cuando hablamos de la Enfermedad de Parkinson en hombres, además, se suma un fuerte condicionante social. En nuestra cultura, tradicionalmente, se ha esperado del hombre un rol de autoridad en la familia: comúnmente se le ha concebido como una figura de protección y fortaleza.

La vulnerabilidad a la que expone una enfermedad como el Parkinson puede llegar a chocar frontalmente con esta visión y puede suponer todo un reto difícil de aceptar, tanto para la persona que lo padece como para quienes le rodean.

Muchos hombres, cargando con esta “mochila cultural”, pueden llegar a vivir esta vulnerabilidad o necesidad de cuidados como algo “vergonzoso” o “humillante”, experimentando sentimientos de rechazo hacia sí mismos o culpa. También son frecuentes los pensamientos y emociones relacionados con “sentirse una carga” o “no valer lo suficiente”.

Durante décadas, el valor de la figura masculina se ha vinculado a la fortaleza, al trabajo, al rol de sostén y proveedor, etc. Por ello, cuando la enfermedad limita estas funciones, la autoestima e identidad se ven comprometidos.

Para el resto de la familia, esta situación también resulta desafiante. Conocer la faceta más vulnerable de un ser querido suele despertar emociones como desconcierto, miedo, tristeza e incluso rabia llevando en ocasiones a reacciones en las que se “exige” a la persona que actúe como antes, sin conectar con las limitaciones propias de la enfermedad.

La adaptación a la enfermedad, por tanto, no solo ocurre en quien la padece sino en todo el sistema familiar. Cada miembro atraviesa su propio proceso y se recolocará en la familia adoptando un nuevo rol. Una correcta adaptación implica evitar los extremos, es decir, poder funcionar de forma flexible, integrar que la fortaleza no está reñida con la vulnerabilidad y que todos los miembros necesitan tanto cuidar como dejarse cuidar.

El cuidado de la autoestima como pieza clave

En el acompañamiento del Parkinson es habitual que la familia confunda ayudar con sobreproteger e infantilizar. Sin embargo, la persona con Parkinson conserva muchas de las capacidades y puede seguir haciéndose cargo de numerosas de sus tareas y responsabilidades, únicamente necesitará del apoyo justo y adecuado, ni más ni menos. Hacer por él lo que aún puede realizar de forma autónoma solo alimentará la sensación de inutilidad.

El verdadero arte de cuidar está en saber estar presentes, preguntar qué necesita de nosotros y ofrecer apoyo sin restarle autonomía.

El Parkinson supone un reto enorme tanto para quien lo padece como para todo el entramado familiar y de amistad. Conservar la dignidad, el respeto y la identidad de la persona es clave para minimizar el impacto emocional y que la adaptación sea saludable.

Redactado por:

Conectando Pacientes

¿Te ha gustado esta noticia? Comparte:

audicion_sana_mobile_home