SALUD PULMONAR - 27 de mayo de 2022
Más del 22% de la población en España consume tabaco a diario.
La Organización Mundial de la Salud clasifica el tabaquismo como un trastorno mental y del comportamiento, lo cual quiere decir que, además de ser un mal hábito, el consumo de tabaco ya se considera también una enfermedad.
Entre muchos otros síntomas, el tabaco produce irritación de las vías respiratorias, tos, dificultad para respirar, fatiga y, además, es la principal causa reconocida de más del 85% de los casos de bronquitis crónica, alrededor del 95% de los de cáncer de pulmón y es el responsable del 30% de todas las cardiopatías coronarias.
Pero, además de ser la causa de todos estos síntomas y patologías, el consumo de tabaco también expone a sus consumidores a una serie de riesgos derivados de otras enfermedades, ya que reduce su respuesta inmunitaria y aumenta la vulnerabilidad de su organismo.
Recientemente, Investigadores de la Universidad de California han demostrado que los fumadores tienen menos probabilidades de sobrevivir a un infarto que las personas no fumadoras.
El estudio pretendía comparar los niveles plasmáticos de A1AT una proteína encargada de proteger los pulmones de la degradación producida por agentes externos. La Asociación Española Alfa 1 afirma que esta proteína pasa de las células hepáticas al sistema sanguíneo y en caso de que no llegara a producirse esto, se podría producir una acumulación en el hígado, lo que provocaría el desarrollo de enfermedades hepáticas.
Pero además de su protección pulmonar, esta proteína también sirve como “escudo” en episodios cardiovasculares, ya que se libera cuando se está produciendo un infarto.
La investigación se llevó a cabo con 40 personas, hombres y mujeres adultos, mediante muestras de sangre extraídas a los 60 minutos y a las 24, 48 y 96 horas después de haber sufrido un infarto.
Además, para poder analizar mejor la muestra, se separó a estas personas en cuatro grupos, fumadores, no fumadores, hipertensos y no hipertensos. Los resultados fueron concluyentes, la proteína A1AT era mucho menor en los fumadores que en el resto de grupos de la muestra, lo que les situaba en una posición mucho más vulnerable que el resto de los pacientes.
Como conclusión, los investigadores de la Universidad de California han determinado que, mantener unos buenos niveles de la proteína A1AT en los fumadores, en el caso de que sufran un infarto, mejorará significativamente sus posibilidades de supervivencia.
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