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¿Cómo afecta el tabaco al colesterol?

SALUD PULMONAR - 24 de marzo de 2018

Sabemos desde hace tiempo que el consumo de tabaco es responsable de millones de muertes cada año en todo el mundo. Conocemos también que fumar incrementa exponencialmente el riesgo de padecer cáncer de pulmón o Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, por citar solo algunas patologías. Pero lo que quizá muchos no sepáis todavía es que tabaco y colesterol también mantienen una relación muy estrecha. ¿Cómo afecta el tabaco al colesterol? Te lo desvelamos en este artículo.
 

Efectos del tabaco sobre el colesterol

La relación entre tabaco y colesterol está clara. El monóxido de carbono que producen los cigarrillos eleva el LDL o colesterol malo y reduce el HDL o colesterol bueno. ¿Consecuencias? El exceso de colesterol malo se acumula en las arterias por lo que aumenta la posibilidad de padecer isquemia y ateroesclerosis. De hecho, algunos estudios han detectado que los fumadores presentan signos más tempranos de acumulación de lípidos en las arterias que los no fumadores. Se estima que, cada vez que se inhala el humo de un cigarrillo, los vasos sanguíneos se reducen, lo que provoca un aumento del pulso y la presión arterial. En definitiva, se incrementa el riesgo de padecer patologías cardiacas.
 

Los rápidos beneficios de dejar de fumar

La mejor solución es dejar de fumar. Existen numerosas investigaciones que revelan cómo abandonar el tabaco tiene un efecto rápido y positivo sobre nuestro colesterol. Ayuda a rebajar nuestros niveles de colesterol malo y a incrementar los de colesterol bueno. Un estudio realizado con un amplio grupo de exfumadores demostró que todos ellos vieron cómo aumentaba su colesterol bueno. El malo no se incrementó de forma tan notable pero posiblemente porque descuidaron su dieta y ganaron peso. De ahí la importancia de cuidar la alimentación.

La relación entre cigarrillo y colesterol malo no alberga ningún género de dudas. Cuando ambos factores se dan la mano, los riesgos para nuestra salud se incrementan de forma exponencial. Una dieta equilibrada, la práctica de ejercicio físico y, sobre todo, dejar de fumar te convertirán en una persona no solo más sana, sino posiblemente más feliz. ¿Por qué no lo intentas?

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