SALUD PULMONAR - 12 de octubre de 2025
La hidratación de las vías respiratorias en personas con afecciones pulmonares es clave y, más aún, cuando nos encontramos en un ambiente cálido y seco ya sea por la estacionalidad del año como el verano o por la zona geográfica que sea más seca, entre otros. Cuando el aire es muy seco, las mucosas que recubren la nariz y la garganta pueden resecarse, lo que reduce su capacidad para filtrar partículas y microorganismos. Esto puede hacer que las vías respiratorias sean más susceptibles a infecciones y, irritaciones.
Además, esto puede causar molestias como sequedad en la garganta, tos y sensación de ardor. También los ambientes secos pueden ser de forma añadida cálidos, lo que provoca que ese calor excesivo nos produzca deshidratación, lo que a su vez afecta la función de las vías respiratorias y dificulta la respiración.
Por tanto, mantener un nivel adecuado de humedad y temperatura en los espacios cerrados ayuda a proteger y mantener hidratadas las vías respiratorias.
Algunos consejos generales para hidratar las vías respiratorias en ambientes cálidos y secos son:
Beber líquidos adecuados: agua, infusiones suaves que pueden ser frías también, caldos o cremas tanto frías como calientes.
Evitar ambientes con aire muy seco o con mucho polvo. Ventilar la casa a primera hora del día, mantenerla limpia y usar los humidificadores libres de tóxicos en espacios interiores.
Técnicas de inhalación con vapor (con precaución y siguiendo indicaciones médicas). Se llena un recipiente con agua caliente, se cubre la cabeza con una toalla y se respira el vapor durante unos minutos. Hay que tener cuidado porque se pueden producir quemaduras si el agua está muy caliente e irritar la zona más aún. Por ende, consulta con tu médico o especialista antes de realizarlas, en especial, si hay condiciones respiratorias crónicas o preexistentes.
También, existen otras ideas prácticas y opciones que podemos aplicar en el día a días, tales como:
Incorporar alimentos ricos en agua, como frutas y verduras. Por ejemplo, sandía, pepino, melocotones… Hay opciones que contienen mucha agua y además, puedes añadir trozos de estas en una botella de agua para dar sabor.
Uso de sprays nasales hidratantes o soluciones salinas. Podrás limpiar y humedecer la nariz varias veces al día consiguiendo una mayor comodidad.
Mantener una buena higiene nasal y bucal para eliminar mucosidad acumulada, limpiar de microorganismos y reducir la irritación.
Uso de pañuelos húmedos o toallas húmedas en la cara. Pueden generar un alivio o sensación de calma adicional, sobre todo si hace mucho calor o hay bastante polvo en el ambiente.
Una vez más, es fundamental consultar siempre con el médico antes de realizar cambios en la rutina y tener en cuenta las condiciones específicas de cada uno. Y, no olvidar la hidratación general del organismo, una idea nada nueva y que todos somos conscientes que debemos aplicar pero que no siempre se realiza.
Mireia Elías Fernández, Dietista-Nutricionista y fundadora de Alimentación 3S.
Redactado por:
Alimentación 3S